Nutrición infantil e inmunidad
Sistema inmunológico en el lactante
En el desarrollo del sistema inmunológico de los lactantes es importante conocer los tipos de inmunidad:
- Innata o inespecífica: Es la primera línea de defensa frente a agentes patógenos, con la que la mayoría de éstos pueden ser controlados antes de que aparezca una infección. Proporciona una respuesta inmediata y general frente a todos los agentes. Es muy importante durante los primeros meses de vida, ya que son la primera línea de defensa del organismo. Comprenden la piel, las mucosas, la barrera gastrointestinal, algunos glóbulos blancos y otros componentes.
- Adaptativa o específica: Es una respuesta más específica y, conforme el sistema inmunitario se encuentra con sustancias extrañas, los componentes de este tipo de inmunidad aprenden cómo atacarlas y las recuerdan para responder mejor si vuelve a encontrarse con estos agentes. Interviene una respuesta celular con formación de anticuerpos. De los tipos de anticuerpos, durante el embarazo la madre transfiere IgG, que persisten hasta 6 meses en el lactante y lo protegen frente a ciertas infecciones. Los neonatos pueden sintetizar IgM e IgA, pero en muy pequeñas cantidades. Durante la lactancia, se transfiere IgA, que ayuda a protegerlos de infecciones gastrointestinales y respiratorias.
Además, podemos diferenciar entre:
- Inmunidad activa: Ocurre tras el contacto con el agente extraño
- Inmunidad pasiva: Es transferida por la madre a través de la placenta durante el embarazo o por la lactancia materna. Este tipo de inmunidad es muy importante en los primeros meses de vida, ya que hay una menor capacidad de respuesta inmunológica activa.
Barrera gastrointestinal en el lactante
En los primeros meses de vida, la barrera gastrointestinal es fundamental. Es un sistema complejo que consta de varios elementos: secreciones gástricas, enzimas digestivas, microbiota intestinal, células y moléculas del sistema inmunológico y peristaltismo intestinal.
Una parte de la flora intestinal normal impide la fijación y la interacción de agentes patógenos sobre la mucosa intestinal y estimula el tejido linfoide intestinal (parte del sistema inmunitario).
La lactancia materna es fundamental para la maduración del sistema inmunitario del niño porque, además de contener anticuerpos o glóbulos blancos, entre otros componentes, también aporta microbiota (lactobacillus, bifidobacterium…) que, en conjunto, aportan los siguientes beneficios:
- Añade una inmunidad natural pasiva complementaria-
- Aporta nutrientes implicados en la inmunidad.
- Favorece una determinada flora microbiana normal.
- Facilita la maduración de la barrera gastrointestinal.
Componentes de la leche materna con efectos sobre la inmunidad
La leche materna tiene una serie de nutrientes y componentes que influyen favorablemente en la inmunidad del lactante:
- Ácidos grasos (docosahexaenoico DHA y araquidónico ARA): Necesarios para la función del cerebro, desarrollo visual, adecuado crecimiento y correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
- Lactoferrina: Actividad antimicrobiana y efecto inmunomodulador.
- Osteopontina láctea: Equilibra las células del sistema inmunitario y ayuda a reducir los episodios de fiebre.
- Bifidobacterium infantis: Actividad antimicrobiana, efecto inmunomodulador y disminuye los episodios de diarrea.
- Galactooligosacáridos: Sirven de fuente de energía (prebióticos) para las bacterias intestinales, estimulando el crecimiento de especies beneficiosas.
- Membrana del glóbulo graso de la leche: Contiene proteínas con acción protectora inmunitaria y ayuda a reducir otitis medias y diarreas.
Autor
Francisco Barreiro
Referencias
Vitoria I. Nutrición e inmunidad. Revisión científica. El farmacéutico. 2019. Valencia.
Delves PJ. Inmunidad innata y adaptativa. 2019. University College London.
Comisión de lactancia MINSAL. Manual de lactancia para profesionales de la salud. Unicef. 2018. Chile.