Factores de riesgo cardiovascular
Los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) son aquellos que se asocian a una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular. Entre estos factores se incluyen algunas enfermedades (dislipemias, diabetes, hipertensión) como otros que tienen que ver con hábitos de vida (tabaquismo, obesidad, sedentarismo). Son de gran importancia, ya que las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de discapacidad y de muerte en todo el mundo. El adecuado control de los FRCV, su tratamiento y, especialmente, la prevención pueden reducir los episodios cardiovasculares y la muerte prematura, tanto en aquellas personas con una enfermedad cardiovascular establecida como en aquellas con alto riesgo por uno o más factores.
Vamos a hablar de dos de los FRCV modificables o extrínsecos, es decir, aquellos que admiten intervención.
Hipertensión arterial (HTA)
La HTA es una enfermedad muy frecuente, compleja y constituye el principal FRCV en los ancianos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define HTA como una presión arterial sistólica (PAS) de 140 mmHG o superior y/o una presión arterial diastólica (PAD) de 90 mmHG o superior en adultos que no están tomando tratamiento antihipertensivo.
Puede tener muchas causas y, como puede variar a lo largo del día, en ocasiones se requieren realizar múltiples mediciones para conocer cuál es la presión arterial habitual de una persona. Por tanto, no debe diagnosticarse nunca HTA ante una cifra aislada de tensión arterial.
Las recomendaciones para prevenir y, el primer paso en el tratamiento de la HTA son:
- Reducir la ingesta de sodio.
- Pérdida de peso, si existe sobrepreso.
- Actividad física según edad y estado físico.
- Dieta centrada en el consumo de productos vegetales y bajo contenido en grasas.
- Reducir el estrés mental.
- Abandonar o moderar el consumo de sustancias como alcohol o cafeína.
- Dejar de fumar.
Diabetes mellitus
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad en la que el páncreas no puede fabricar insulina suficiente (DM tipo I) o, aunque pueda fabricarla, esta no logra actuar de forma correcta en el organismo (DM tipo II). Esto va a ocasionar que los niveles de glucosa o “azúcar” en sangre aumenten (hiperglucemia), lo que puede dañar progresivamente la pared de los vasos sanguíneos y acelerar el proceso de aterosclerosis, por lo que constituye un FRCV importante. Además, niveles altos de glucosa en sangre pueden dar lugar a otras complicaciones, como pérdida de visión, disminución de la función renal, alteración de la sensibilidad de los miembros inferiores o impotencia.
El diagnóstico de DM es complejo, siendo los niveles normales los siguientes:
- Glucemia en ayunas: 80 – 100 mg/dL.
- Glucemia tras 2 horas de comida: 80 – 140 mg/dL.
- Hemoglobina glicada en no diabéticos: 5,7% o menos.
- Hemoglobina glicada en diabéticos: 7% o menos.
La hemoglobina glicada da como resultado la media de los niveles de azúcar de los 3 últimos meses. La hemoglobina es una proteína que circula en la sangre. La glucosa, que también circula por la sangre, se une a la hemoglobina durante 90-120 días (3 meses). Esta prueba representa el nivel medio de glucemia.
Las recomendaciones para prevenir la DM son:
- Dieta equilibrada y saludable.
- Actividad física según edad y estado físico.
- Pérdida de peso, si existe sobrepeso.
- Control periódico de la glucemia.
- Dejar de fumar.
Dislipemias
Se consideran dislipemias (DL) a un conjunto de patologías caracterizadas por alteraciones en la concentración de grasas en sangre, que suponen un riesgo para la salud, como son el colesterol total, colesterol de alta densidad o “bueno” (HDL), colesterol de baja densidad o “malo” (LDL) y/o triglicéridos (TG). En ellas influyen otras enfermedades, el entorno y la predisposición genética. Lo más importante es que constituyen un factor de riesgo de aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) y, por tanto, son un FRCV. El diagnóstico de cualquier DL es complejo, siendo los niveles normales los siguientes:
- Colesterol total: 200 mg/dL o menos.
- HDL: 50 mg/dL o más.
- LDL: 100 mg/dL o menos.
- TG: 150 mg/dL o menos.
Las recomendaciones para modificar favorablemente el perfil lipídico son:
- Modificaciones dietéticas: Reducir el consumo de grasas saturadas, adicionar ácidos grasos poliinsaturados a la dieta (omega 3), aumentar el consumo de fibra (frutas y verduras), y de frutos secos, disminuir el consumo de alcohol.
- Actividad física según edad y estado físico. En este caso, si el origen de la DL es genético, los efectos del ejercicio físico serán poco o nada apreciables, aunque aporte beneficios para la salud.
- Pérdida de peso, si existe sobrepeso.
- Dejar de fumar.
Recomendaciones generales
Además de los hábitos de vida saludables antes mencionados os aconsejamos que realicéis periódicamente:
- Control de presión arterial.
- Control de glucemia.
- Control de perfil lipídico.
Y por supuesto, que solicitéis ayuda en caso de querer:
- Dejar de fumar.
- Perder peso o aprender a comer de forma saludable.
Bibliografía consultada
- Fundación Española del corazón. Madrid, nov 2018.
- OMS. Prevención de las enfermedades cardiovasculares. Ginebra, 2008.
- Aula de la farmacia. Factores de riesgo cardiovascular. Madrid, sept-oct 2018.
Escrito por Fran Barreiro.