Enfermedades periodontales
Son todas aquellas enfermedades que afectan a los tejidos que sujetan los dientes y pueden tener distinto origen (genético, consumo de tabaco o de alcohol, dieta…), pero el más habitual es la placa bacteriana, de origen infeccioso.
¿Qué es la placa bacteriana?
Es un material incoloro que rodea a los dientes, formado por la flora bacteriana bucal, agua, restos de comida y otros compuestos. Si la placa no se elimina adecuadamente, se produce una mineralización y aparece el sarro, que puede ser:
- Sarro supragingival: Por encima de la línea de la encía y de color amarillento.
- Sarro subgingival: Por debajo de la línea de la encía y de color marrón.
El motivo principal es de origen bacteriano, por lo que es importante una higiene regular y en profundidad, así como un seguimiento adecuado por el dentista para evitar que aparezcan estas enfermedades. Si no mantenemos estos hábitos, evoluciona hasta afectar a la encía y a las estructuras que sujetan los dientes, haciendo que podamos incluso perderlos.
Patologías más frecuentes
Además de las caries, hay otras enfermedades periodontales, siendo las más frecuentes:
- Hipersensibilidad o hiperestesia: Es una reacción exagerada ante un estímulo sensitivo (frío, calor, roces, ciertos alimentos…). Se produce por una retracción de la encía por la acumulación de sarro y placa, dejando partes sensibles del diente al descubierto.
- Gingivitis: ES una inflamación reversible de las encías, por la acumulación de placa sobre los dientes. Las bacterias que la forman liberan toxinas que pueden irritar las encías. Si no se trata puede derivar a periodontitis.
- Periodontitis o piorrea: Es una inflamación e infección de las estructuras que sujetan el diente, y acaba provocando la destrucción progresiva de la inserción del diente en el hueso maxilar. Se manifiesta por movilidad de las piezas dentarias y dolor localizado. En fases avanzadas se produce la pérdida de los dientes.
Síntomas de enfermedad periodontal
Son síntomas claros de estas patologías:
- Sangrado de las encías durante la higiene bucal, la masticación o incluso sin hacer nada.
- Edema y eritema en la zona de la encía que contacta con el diente.
- Hipersensibilidad frente a varios estímulos y dolor localizado.
- Encías flojas y separadas del diente, en casos graves puede aparecer pus entre la encía y el diente.
- Retracción de las encías y movimiento de los dientes.
- Úlceras orales frecuentes.
Nuestro consejo
Para tener una boca sana y un buen estado de salud, debemos prestar atención a varios aspectos:
- Visitar de forma periódica al dentista, al menos una vez al año, y realizar una limpieza dental dos veces al año.
- Adquirir buenos hábitos de higiene desde la infancia, continuando con la rutina a lo largo de nuestra vida. Lo más importante es una limpieza estricta tras cada comida; usar un cepillo de dientes, seda dental y colutorio, adecuados a las necesidades de cada paciente.
- Se puede completar la higiene con cepillos interdentales y limpiadores de lengua.
- Evitar el tabaco y el alcohol, ya que colaboran en la acumulación de placa.
- Mantén una alimentación sana y equilibrada.
Además, existe en la farmacia una amplia gama de productos para prevenir y tratar cualquier tipo de patología dental, y el consejo farmacéutico permitirá encontrar el más adecuado a las necesidades de cada paciente, así como a detectar indicios de esta enfermedad y prevenirla.
Fuentes consultadas
- Revista IMfarmacias, número 78, septiembre 2017.
- Blog propdental, Enfermedad periodontal, mayo 2017.