Se acerca el buen tiempo y con él las reuniones con familia y amigos donde vamos a comer y beber de más. Y seguro que alguna vez has tomado un “protector de estómago” para tratar la acidez después de comidas muy pesadas o incluso para prevenirla. Pues bien, aunque es una práctica muy habitual, se está haciendo un mal uso de estos medicamentos.
Este error se debe principalmente a que se confunden dos medicamentos que son completamente distintos y tienen indicaciones diferentes; los inhibidores de la bomba de protones (los conocidos como “protectores gástricos”) y los antiácidos. Te explicamos las diferencias para saber cuándo tienes que usar cada uno.
Inhibidores de la bomba de protones
Se conocen comúnmente como “protectores de estómago” aunque realmente son medicamentos antiulcerosos. Su nombre coloquial puede hacernos pensar que solo van a actuar sobre las molestias del estómago, cuando en realidad sus funciones son más amplias y concretas.
El estómago produce ácido clorhídrico de forma natural, ya que nos ayuda a hacer la digestión y a extraer todos los nutrientes que necesitamos de los alimentos. Es muy necesario, pero también es muy potente y podría causar daños en el estómago, como las úlceras. Para protegerse, el estómago está recubierto por la mucosa gástrica, que es una capa gruesa de tejido muy resistente que se regenera constantemente. En algunas ocasiones, como infecciones bacterianas, estrés, algunos medicamentos, malos hábitos o alguna lesión, esta barrera puede verse dañada. Es en estos casos podría ser necesario un “inhibidor de la bomba de protones”, para que se reduzca la producción de ácido clorhídrico y no se lesiones la pared “desprotegida” del estómago. De estos medicamentos el más conocido es el omeprazol, aunque hay otros como el esomeprazol, lansoprazol o pantoprazol.
Antiácidos
Los antiácidos son medicamentos que neutralizan el exceso de ácido clorhídrico, en vez de inhibir que se produzca, para que sea menos agresivo. Además, su acción es inmediata y puntual porque no modifican el comportamiento del estómago. Se emplean en casos de comidas pesadas, indigestiones e hiperacidez. Algunos ejemplos son las sales de magnesio y aluminio (Almax), bicarbonato, sales de frutas.
¿Cuándo tomar uno u otro?
Los antiácidos están indicados para el alivio de los síntomas de acidez y ardor de estómago, de forma ocasional. Son de venta libre, pero pueden causar efecto rebote si se toman con demasiada frecuencia.
Los inhibidores de la bomba de protones requieren prescripción médica y están indicados para el tratamiento de afecciones relacionadas con lesiones o alteraciones de la mucosa gástrica, especialmente en las siguientes situaciones:
- Úlcera gástrica o gastroduodenal, donde la mucosa está alterada o dañada.
- Síndrome de Zollinger-Ellison, donde hay gran secreción de ácido.
- Infección por la bacteria Helicobacter pylori, que pone en riesgo la mucosa gástrica.
- Tratamientos muy a largo plazo con antiinflamatorios no esteroideos, que pueden alterar la mucosa gástrica.
- Enfermedad de reflujo gastroesofágico, donde el ácido llega a zonas que no están tan protegidas.
Precauciones a tomar
Los antiácidos se deben tomar de forma ocasional, para las indicaciones que ya se han comentado, ya que el uso continuado podría dar lugar a un efecto rebote. Además, algunos efectos secundarios que puede ocasionar son diarrea o estreñimiento e incluso perdida de calcio si se toman grandes cantidades de los preparados con aluminio. Además, es aconsejable separar la toma de cualquier otra medicación, ya que podría alterar la absorción de ésta.
Los inhibidores de la bomba de protones solo deben tomarse siguiendo la prescripción médica, ya que puede disminuir la absorción de la vitamina B12 o provocar daños renales. Además, nunca se debe tomar con alcohol, ya que puede aumentar la irritación que este provoca sobre la mucosa gástrica. En este caso, os recomendamos seguir los consejos de vuestro médico y farmacéutico, los profesionales sanitarios que mejor os pueden orientar en la toma de cualquier medicamento sujeto a prescripción médica.
Fuentes:
- Blog Kern Pharma
- Medline
- Vademecum
Elaborado por:
Fran Barreiro