Una boca y unos dientes sanos, aparte de una magnífica imagen para cualquier persona, son sinónimo de salud.
Es muy importante prevenir las caries, no solo a partir del momento en que salga el primer diente, sino incluso mucho antes, desde su nacimiento.
Muchos padres nos preguntan qué cuándo deben empezar con la higiene bucal de su bebé, a lo que nosotros respondemos que el mantener la boca limpia es tan importante como bañarlo, ya que así evitamos las caries y las enfermedades de las encías.
En esta nueva entrada, os guiaremos de cómo realizar dicha limpieza.
Antes de empezar todos sabemos que para prevenir las infecciones en la boca de nuestro bebé aparte de la limpieza bucal debemos evitar cosas que hacemos sin darnos cuenta como:
- Compartir utensilios con el niño como vasos, cucharas o cepillos de dientes.
- Limpiar el chupete en la propia boca para pasárselo al niño.
- Soplar la comida antes de dársela.
- Dar besos en la boca.
Ya que al ser tan pequeños sus defensas no están tan desarrolladas como las nuestras y nuestra saliva es una gran laguna de bacterias distintas a la de ellos.
¿Cómo limpiar la boca y dientes?
Durante los meses que preceden a la aparición de sus primeros dientes, para eliminar las bacterias que se anidan en las encías, por ejemplo, aprovechando la hora del baño, utilizaremos una pequeña gasa empapada en agua o dedal de silicona, que pasaremos principalmente a lo largo de la línea en la que han de salir los dientes, masajeando. No te preocupes si te parece difícil hacerlo. Retira lo que puedas, sin profundizar demasiado y hasta donde tu bebé necesite y/o admita.
Este método además de limpiar su encía, aliviará las molestias ocasionadas por la aparición de sus primeros dientes.
Entre los 12 y 18 meses, se puede empezar a usar un cepillo de dientes especial para niños, pequeño, que ellos mismos puedan manejar puntualmente y bajo nuestra supervisión. No debemos dejarlos solos, ya que no tendrán aún la coordinación de movimientos suficiente como para cepillarse sin ayuda. Pero es bueno que se familiaricen con el cepillo.
También se puede emplear uno de esos modelos que se insertan en el dedo de los papás para mayor movilidad. El cepillo en todo caso ha de ser suave, de cerdas flexibles, y que se pueda cepillar los dientes y encías sólo con agua.
Poco a poco, a partir de los 2 años, podemos ir introduciendo una cantidad pequeña de crema dental. Es preferible que al principio la pasta de dientes, en cantidad “granito de arroz”, no contenga flúor, para que no dañe al bebé si traga algo de pasta accidentalmente.
Hay cremas dentales especiales para niños, algunas fabricadas con ingredientes naturales y sin flúor. En cualquier caso hemos de leer las indicaciones para comprobar que señalen específicamente que están adaptadas para la ingesta puntual por parte del bebé.
El uso de pastas dentales fluoradas es la mejor manera de prevenir las caries. Una vez que tu hijo/a haya aprendido a escupir, es indispensable que realices el cepillado con pasta dental de 1000ppm de flúor en cantidad “guisante”.
Es una buena idea que los bebés nos vean desde pequeños a nosotros mismos cepillarnos los dientes, pues por curiosidad y por imitación querrán hacerlo también, aparte de que considerarán el lavado de dientes como un acto habitual y divertido.
Y recuerda, para cualquier consulta, no dudes en visitarnos.
Fuentes:
-Odontología para bebes.
-Bebés y mas.
Autora: Carmen Mª García López.